El grafiti lucha por desembarazarse de su estigma social, y lo está consiguiendo. Lo que antes era denominado pintada, y tenía una aureola de marginalidad, hoy es una forma de expresión artística y el campo de trabajo de cotizadísimos creadores.

El grafiti se está convirtiendo también en la forma de decorar y dar vida a determinados espacios públicos. Se hizo hace unos años con los muros del Puerto de Vilagarcía que dan a la calle Valle Inclán, y se hizo esta semana en el colegio de Pontecesures. Un grupo de alumnos han versionado a su manera la frase de Castelao "as vacas son o símbolo da paz", creando una vistosa composición en uno de los muros del centro que dan al patio. El dibujo se compone de varias vacas: desde la amante de las nuevas tecnologías, que pincha un disco, hasta la golosa o la coqueta. Los jóvenes contaron con el apoyo de Marcos Couso, Sokram, y Xabier Moutón, Mou, dos miembros de Mutante Creativo, una empresa de Ordes dedicada al diseño gráfico, la ilustración y el mundo de internet.

Una forma de expresión

"La percepción social del grafiti está cambiando. Hoy es innegable que es una forma de arte. Lo que se entiende por grafiti ha evolucionado mucho, y hoy se habla de muralismo o street art (arte urbano)", cuenta Marcos Couso. De hecho, este grafitero explica que "el mundo del arte está interesado en los creadores", y que algunas de las piezas alcanzan precios astronómicos.

Couso explica que el grafiti es una forma de expresión, y que el soporte es su diferencia fundamental con, por ejemplo, el trabajo del pintor. Y es que mientras éste emplea la tabla o un lienzo, y su creación va destinada a un público generalmente reducido –en ocasiones, el cuadro solo lo disfrutará el comprador y sus allegados–, el grafiti es un cuadro pintado en un espacio público, que llega por lo tanto a un número de espectadores mucho más amplio. "Cuando pintas en la calle haces algo que de alguna manera estás regalando a la sociedad", añade Marcos Couso. Esta dimensión le parece enormemente atractiva, puesto que la exposición pública y permanente de la obra de arte "estimula el diálogo y la reflexión social".

Y es que el grafiti mete a menudo el dedo en la llaga de algunos de los principales problemas de la sociedad.

El punto de partida fue una frase de Castelao

Los alumnos del colegio de Pontecesures y sus profesores querían crear un grafiti para promocionar el uso de la lengua gallega. El diseño se ideó entre todos los estudiantes, y una de ellas se encargó de realizar un boceto, que posteriormente fue matizado por los dibujantes de Mutante Creativo. Esta semana tuvo lugar el momento más emocionante del proceso: la plasmación de la idea sobre el muro, que había sido acondicionado por el ayuntamiento.

Los alumnos se afanaron durante toda una mañana, y concibieron un mural en el que las protagonistas son las vacas, el símbolo de la paz según el político y escritor Alfonso Castelao. El lema de la instalación es "¿Diferentes? Si, pero orgullosos do galego". El resultado está ahora a la vista de la comunidad educativa.